La ganadería, como resultado de nuestra evolución como especie a partir de las primitivas comunidades de cazadores-recolectores, posiblemente es el primer oficio al que se dedicó el hombre. Junto con la agricultura, nos permitió el salto a organizaciones sociales más avanzadas y salir de la oscuridad de las cavernas. Ser ganadero es, por tanto, una actividad totalmente ligada desde sus inicios a nuestra esencia como seres humanos. Cuando una persona decide dedicarse a la actividad ganadera, con frecuencia lo hace por vocación; una vocación que llevamos en nuestros genes.
¿Por dónde empezamos?
Cuando una persona decide ser ganadero, normalmente tiene muy clara la especie a la que se quiere dedicar. Por tanto, lo primero es sin duda ver con qué contamos y qué nos va a hacer falta. No es descabellado empezar por hacer un pequeño plan de negocio en el que calculemos cuáles van a ser nuestros ingresos, nuestros gastos, cuánto dinero vamos a tener que pedir, etc. El siguiente paso será ponerse en marcha con las gestiones: servicios de extensión agraria, ayuntamiento, bancos, etc. La burocracia nos puede abrumar, pero no nos debe desanimar. Son múltiples los permisos que debemos obtener de parte de las diferentes administraciones locales y autonómicas. A la hora de buscar financiación, es muy importante conocer a qué tipo de ayudas podemos optar en cada situación, pues pueden determinar la rentabilidad de un proyecto.
En general, se requiere la realización de diferentes cursos de capacitación cuya extensión y duración difiere según la comunidad autónoma. Además, con frecuencia aportan nuevas ideas e información sobre ayudas y cómo realizar los trámites necesarios. Una vez superadas todas estas fases, ya podemos ponernos a construir nuestra explotación ganadera.
Condiciones generales que deben cumplir las explotaciones ganaderas
En función del régimen de explotación por el que hayamos optado, extensivo, semi-intensivo o intensivo, las necesidades de alojamiento de los animales serán completamente diferentes. Así, las instalaciones que se requieren en explotaciones de tipo intensivo son mucho son más complejas y especializadas, con un cada vez mayor grado de automatización. En todo caso, estas deben permitir un correcto manejo y bienestar de los animales, siempre adaptadas a las particularidades de cada especie ganadera. No obstante siempre hay una serie de cuestiones comunes a tener en cuenta, como por ejemplo que sean fáciles de limpiar y desinfectar para evitar que las enfermedades puedan afectar negativamente al rendimiento de los animales. De esta manera, una cara interior de la cubierta acabada en poliéster blanco, como en el caso de Agrotherm®, además de aportar luminosidad a las instalaciones, permitirá una fácil limpieza y desinfección
Elección de los materiales de construcción
A la hora de elegir los materiales de construcción para los alojamientos es muy importante tener en cuenta que deben ser inocuos para los animales. En este sentido el fibrocemento es uno de los materiales de elección para la cubierta. Así, la placa ondulada Granonda de Euronit, impermeable, de larga duración y sin mantenimiento (y por tanto, rentable), incombustible, transpirable (no forma condensaciones) e inoxidable en atmósferas agresivas es el perfil más popular en cubiertas de naves ganaderas. Además, cuenta con una amplia variedad de medidas y acabados, con coloración en masa o top tinted que le confiere una estética homogénea y perdurable en el tiempo.
Proyectos “llave en mano"
En muchas ocasiones, debido a la complejidad de las instalaciones a construir, puede ser interesante (y rentable) encargar un diseño “llave en mano” a una empresa especializada que se encargue de preparar el proyecto, de realizar todos los trámites, de contratar todos los suministros, de la construcción y equipamiento, etc.
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