“De comprar vieja, compra teja”, dice un refrán popular que ilustra la durabilidad y vigencia de la que es considerada una de las aportaciones más importantes en la historia de la edificación.
Las civilizaciones mesopotámicas utilizaron por primera vez el barro unos 2.000 años antes de Cristo para proteger sus viviendas de las inclemencias con las primeras tejas árabes. Una combinación de técnicas para sostenerlas utilizada en China y la primera teja de barro romana perfeccionaron una solución que todavía sigue vigente siendo utilizada como principal opción para recubrir las cubiertas de los edificios.
Las capacidades aislantes, económicas, de impermeabilidad, durabilidad y fácil instalación mantienen viva una solución avalada por siglos de uso y por su aportación al patrimonio histórico mundial y a los más variados estilos arquitectónicos.
Aunque la manera de fabricar las tejas ha cambiado sustancialmente - la forma de medio círculo tiene su origen en el uso de la pierna de los artesanos como molde para su fabricación primigenia - las capacidades impermeables se mantienen intactas y se conservan todavía algunas tejas chinas y romanas de hace 2.000 años.
Se trata de uno de los elementos esenciales de la edificación. Según datos recientes de la Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida, Hispalyt, la teja cerámica representa el 9% de los materiales de construcción que se producen cada año en el país.
La modernización y versatilidad de los procesos ha abierto nuevos horizontes en los materiales, formas y colores y acabados de las tejas.
Entre las innovaciones más importantes, los paneles y placas bajo teja que se han desarrollado en los últimos años bajo criterios de sostenibilidad, bajo mantenimiento y eficiencia energética han terminado por apuntalar la vigencia de la teja.
LA COMBINACIÓN PERFECTA
El fibrocemento, un material duradero, resistente al fuego, la humedad y la deformación es uno de los materiales más utilizados en las placas bajo teja. Su composición exenta de metal, con base de cemento, agua y fibras naturales y sintéticas reduce el peso del material y le otorga una gran versatilidad.
Euronit ofrece una amplia gama de placas y paneles bajo teja que se adaptan a cualquier solución y que permiten mantener el aspecto original de edificios históricos con la reutilización de tejas centenarias.
Las soluciones de Euronit se adaptan a todos los modelos de teja que se utilizan en España (romana, árabe, plana, flamenca, marsellesa, mixta, translúcida, de hormigón) incluso para las crecientes soluciones de tejado con paneles solares. Se adaptan también a proyectos de rehabilitación de edificios patrimoniales o antiguos con requerimientos especiales como estructuras de madera en las que es preciso utilizar materiales ignífugos como los que produce la empresa.
Sus propuestas incluyen también soluciones para aligerar la estructura de la cubierta, con placas que pueden ser instaladas sin necesidad de forjado.
Estos materiales han sido utilizados con éxito en numerosos proyectos. Desde la rehabilitación de cubiertas en edificios centenarios como el Monasterio medieval de Santa María del Paular al monasterio gallego de Celanova, pasando por modernas y galardonadas construcciones en las que el diseño y la sostenibilidad y eficiencia se dan la mano.
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