Protección de las explotaciones de rumiantes frente a la lengua azul

Solo hace unos días que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado el Programa Nacional de Vigilancia de la lengua azul en España 2025, en el que se analiza la evolución epidemiológica del virus y se establecen una serie de pautas para su vigilancia. Así, también es reciente la publicación en el Boletín Oficial del Estado de las medidas específicas de protección en relación con esta enfermedad (Orden APA/229/2025, de 10 de marzo).  
La conclusión fundamental de ambos documentos es que la vacunación frente a la lengua azul pasa de ser obligatoria a voluntaria y se permite el movimiento de ganado ovino y bovino en toda España, salvo Islas Canarias y Baleares.
La razón fundamental es que durante el pasado 2024 se produjo la circulación simultánea de cuatro serotipos diferentes del virus (serotipos 1, 3, 4 y 8) en amplias zonas del territorio nacional, lo que dificulta en gran medida la posibilidad de vacunar frente a todos los serotipos a la vez en un tiempo razonable antes del inicio de la actividad del vector, prevista a partir del mes de abril.

El ganado ovino presenta signos más severos de la enfermedad que el resto de los rumiantes.

Qué es la lengua azul y cómo se transmite

La lengua azul es una enfermedad inscrita en la lista del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE y debe ser declarada a la Organización Mundial de Sanidad Animal (conforme al Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE).
Está causada por un virus de la familia Reoviridae, que afecta a los rumiantes. Se han identificado 24 serotipos distintos, y la capacidad de cada cepa para provocar la enfermedad varía considerablemente. La enfermedad causa síntomas más graves en el ganado ovino, pero afecta igualmente a vacuno y caprino, que además suelen actuar como portadores. 

En los ovinos infectados, los signos clínicos son variables y pueden incluir fiebre, hemorragias y ulceraciones del tejido oral y nasal, salivación y descarga nasal, cojeras, debilidad, diarreas, etc.

La lengua azul se transmite por la picadura de ciertas especies de mosquitos del género Culicoides. Los mosquitos son infectados con el virus al ingerir la sangre de animales infectados. 
La transmisión del virus puede ocurrir durante todo el año, en particular durante los periodos de lluvia.  

Los veterinarios y los titulares de las explotaciones deben comunicar a las autoridades competentes las sospechas clínicas de lengua azul.

Descripción del programa de vigilancia

El programa de vigilancia, control y erradicación de la lengua azul 2025 consta de: 

  • Vigilancia activa serológica y virológica: Se basa en la realización de un muestreo en explotaciones centinelas de animales de las especies sensibles que permita detectar circulación vírica. 
  • Vigilancia pasiva clínica: Los veterinarios y los titulares de las explotaciones deben comunicar a las autoridades competentes las sospechas clínicas de lengua azul que hayan podido detectar, para que realicen las investigaciones oportunas.
  • Vigilancia y monitorización entomológica: El Programa Nacional de Vigilancia Entomológica de la lengua azul puesto en marcha en 2004 ha permitido a lo largo de los años observar que existe una fuerte estacionalidad de las capturas del vector. En general, el periodo comprendido entre abril y octubre se podría considerar el periodo de máxima abundancia de estos vectores, en contraposición al periodo comprendido entre noviembre y marzo, cuando la presencia de vectores disminuye considerablemente. 
Deben aplicarse medidas estrictas de limpieza y desinsectación periódicas en las instalaciones.

Cómo proteger las explotaciones de la lengua azul

La protección de los rebaños frente a esta enfermedad pasa, además de por la vacunación, por importantes medidas de bioseguridad en las explotaciones y en el medio ambiente. Entre estas estrategias, cabe destacar:

  • Restricción de los movimientos innecesarios, reduciendo al mínimo la entrada de animales ajenos a la explotación.
  •  Medidas estrictas de desinsectación periódicas en instalaciones, medios de transporte, estercoleros y cualquier otro lugar apto para la cría del vector.
  • Desinsectaciones externas periódicas, coincidiendo con los periodos de mayor actividad del vector.
  • Lavado y desinfección obligatorios de todos los transportes, previos a la entrada en la explotación. 
  • Uso de telas mosquiteras y eliminación de lugares aptos para la cría del vector. 
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Mantener, además, unas instalaciones limpias y desinfectadas es fundamental para prevenir la entrada o aparición de determinadas enfermedades infecciosas y parasitarias.  En el caso de las explotaciones de rumiantes, muchos problemas sanitarios aparecen por no mantener las camas limpias y secas. 

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